Narración: Una ciudad de contrastes
*Basado en: Terraza de café por la noche - Vincent Van Gogh
Un 18 de septiembre de 1888 en uno de mis tantos viajes alrededor del mundo, me encontraba en la ciudad de Arlés al sur de Francia, hacía mucho sol, yo estaba un poco sofocado y cansado después de una larga caminata que emprendí con el fin de conocer los alrededores, quede realmente extasiado con las hermosas construcciones que adornaban la ciudad, fue un hermoso paseo. Mientras caminaba en medio de noche, de repente llegue a una calle con muy poca iluminación, una calle tenebrosa y sola, a lo lejos veía un coche de caballos que se alejaba hacia el otro extremo, tenia temor pasar por aquel lugar, pero era necesario pasar por allí ya que era el único camino para llegar al hospedaje, me quede pensando por mucho tiempo, no tenía el suficiente valor para cruzar, la calle seguía sola, yo tenía sed, estaba cansado, debía pasar, eso estaba claro.
Después de muchos minutos y con la esperanza de que alguien pasara por aquel lugar, la soledad asechaba, la única solución era aventurarme y llenarme de valor, por un momento me decidí, no lo pensé más, di el primero de mis pasos, los aceleraba cada vez más, el camino se hacía largo pero ya estaba en medio de la aventura, no había marcha atrás, no quería parecer cobarde aunque tenía mucho temor, mientras caminaba pensaba en lo que podía suceder, pensaba en las tantas historias que había escuchado en mi niñez, algunas tenían un final feliz y otras no, yo temía que lo que estaba viviendo pudiera convertirse en una de ellas, también pensaba que el miedo que sentía hacia que el camino se hiciera más largo, mi mente me jugaba una mala pasada; yo solo quería descansar, pasaron muchos minutos, hasta que en mi largo caminar vi el lugar iluminado al que tanto quería llegar, escuchaba risas de alegría, percibía un gran ambiente familiar al final de la calle, todo eso ayudo a que mi gran temor cediera terreno, ¡qué experiencia tuve!
Al llegar al final de la calle veo gente disfrutando del momento, hay alegría, risas, parejas que van de la mano viviendo sus amoríos, pensé, esta es una ciudad de contrastes. Antes de seguir mi camino volteo a mirar la calle que acabo de pasar, realmente la vi oscura, pero no era tan larga como parecía, suelto una carcajada, miro hacia el cielo, fueron largos minutos de observación, era un gran espectáculo ver las estrellas, ver el cielo tan despejado, ver la luz tan tenue que alumbraba el camino tan tenebroso que acababa de pasar.
Sigo mi camino hacia una terraza de un café que estaba al frente de un bello y gran árbol verde, era un elegante café, la luz de su farol era la que iluminaba los lugares aledaños, me dirijo hacia las mesas, mientras contemplaba el lugar, la camarera se acerca para tomar mi orden, pedí un café, mientras lo esperaba, a lo lejos vi un artista con su caballete, se veía que estaba pintando con mucha inspiración, sus ojos miraban con detalle, se notaba el propósito de su pintura, quería reflejar la alegría y tranquilidad que se estaba viviendo en aquella noche fresca de verano. El pintor estuvo por horas en ese lugar, sin duda quería expresar los sentimientos que se experimentaban en aquella ciudad; pase mucho tiempo en aquella terraza mientras bebía la taza de café y observaba el lugar, después de haber terminado salgo de allí y me dirijo al hospedaje, pero antes me puse de pie en el lugar donde había estado el artista, fue un momento que nunca olvidaré, todo lo observado en ese lugar reflejaba lo que había vivido en un momento, pasar de un gran temor a una gran tranquilidad y alegría.